El control del dolor no debe centrarse únicamente en el paciente

Como profesional, gestionar el dolor de tu paciente es una gran prioridad. Pero, ¿estás olvidando gestionar tu propio dolor en el proceso?

Debido a las exigencias de la profesión, la odontología puede causar dolor físico y emocional entre los profesionales odontólogos. Pese a que el control del dolor del paciente es una de las máximas prioridades en los tratamientos, los odontólogos suelen olvidarse del control de su propio dolor, en ocasiones con graves consecuencias. En este artículo, mostramos unas estrategias basadas en la evidencia que pueden ayudar a los profesionales de la odontología a evitar el dolor propio y no solo el de los pacientes.

¿Puede la odontología provocar dolores?

Es posible que las personas ajenas a la profesión no consideren la odontología como una ocupación con un desgaste físico particularmente alto. Lo más seguro es que el paciente te vea de pie sin moverte mucho mientras hurgas en su boca con pequeños instrumentos de poco peso y piense que tu actividad no es precisamente correr una maratón.

Entretanto, a ti te duele la espalda por estar todo el día de pie torciendo y girando el cuerpo. Además, al forzar el cuerpo para ver bien la cavidad bucal, te duele el cuello y tienes los ojos cansados. El control preciso de los movimientos también te ha provocado tensión en los hombros. Tienes calambres en las manos por sujetar y manipular instrumentos para trabajar con precisión en tejidos delicados dentro de un espacio muy reducido.

Junto a todo lo anterior, está la presión emocional. La concentración que se necesita para llevar a cabo los tratamientos ya es, por sí sola, agotadora. A esto hay que añadir las distintas preocupaciones cotidianas ligadas a la gestión de la consulta, las exigencias jurídicas y regulatorias que afectan a la profesión y los numerosos retos que presenta el manejo del paciente, todo ello en mitad de una pandemia con unas consecuencias económicas catastróficas.

Es cierto que no estás corriendo una maratón, pero seguro que algunos días te sientes como si acabaras de hacerlo.

Las cifras sobre el dolor de los odontólogos

No es de extrañar que el 70 % de los odontólogos sufra algún tipo de dolor de espalda. Según un artículo publicado en el British Dental Journal, más de una tercera parte de las sumas abonadas a los odontólogos por la aseguradora Dentists’ Provident está relacionada con afecciones musculoesqueléticas. El dolor puede incluso arruinar la carrera profesional de algunos odontólogos: los datos muestran que casi un tercio de estos se ve obligado a jubilarse de manera anticipada como consecuencia de dolencias musculoesqueléticas.

Por lo que se refiere al estrés, la situación de los odontólogos tampoco es buena. En una encuesta realizada en 2004 por el British Dental Journal, el 60 % de los odontólogos generales manifestó estar tenso o sufrir depresión, el 58,3 % admitió sufrir cefaleas, el 60 % reconoció dificultad para dormir y el 48,2 % refirió un cansancio sin razón aparente. Además, el consumo de alcohol se encontraba extendido entre estos profesionales y más de un tercio de ellos padecía sobrepeso u obesidad.

La situación no ha mejorado desde entonces. Casi la mitad de los odontólogos encuestados en 2019 por el British Dental Journal indicó estar desbordado por el estrés y algunos de ellos reconocieron graves efectos sobre su salud mental.

Teniendo en cuenta el estrés sin precedentes ocasionado por la pandemia de la COVID-19, es más importante que nunca que los odontólogos cuiden de su salud física y emocional. A continuación, ofrecemos unos consejos basados en la evidencia sobre el modo de controlar el dolor provocado por la actividad profesional.

Cómo pueden controlar el dolor los profesionales de la odontología

Estrés : no te olvides de cuidarte

Vayamos a lo más obvio. Como profesional sanitario, ya estás al corriente de la importancia que tienen dormir, la nutrición, la hidratación y el ejercicio. Sin embargo, cuando experimentas dolor, estrés o ambos, es fácil descuidar las cuestiones más fundamentales.

Las consecuencias de la falta de cuidado personal pueden empeorar el dolor físico y emocional. Por ejemplo, el estrés y una mala alimentación pueden conducir a un aumento de peso, que puede agravar los problemas musculoesqueléticos.

Aunque parezca simplista, dedica un momento a repasar tu rutina de cuidado personal y asegúrate de dejar tiempo todos los días para estos pilares de una vida saludable. Si no puedes conseguirlo por tu cuenta, busca ayuda.

Programa las tareas de una manera inteligente

Debido al gran volumen de trabajo que tienen las consultas, no siempre es sencillo programar las tareas con antelación, pero algunas reglas generales pueden ayudarte a reducir el estrés físico y mental. Intenta lo siguiente:

  • Deja los tratamientos particularmente complicados para determinados días u horas en los que sepas que estarás más descansado y tendrás más energía.
  • Alterna los casos más largos y complejos con citas más breves en las que no debas intervenir en la boca del paciente, de modo que tengas tiempo para recuperarte.
  • Evita programar los mismos tipos de intervenciones para citas consecutivas, con el objetivo de reducir al mínimo el riesgo de agotamiento mental (y las lesiones por movimientos repetitivos).

Haz descansos regulares y delega

En una encuesta reciente realizada por Septodont, solo el 50 % de los odontólogos reconoció hacer una pausa diaria para el almuerzo. La otra mitad nos comentó que aprovechaba las pausas para atender a pacientes, preparar la consulta o realizar tareas administrativas.

Es obvio que, si queda trabajo pendiente, estar de brazos cruzados también puede generar estrés. Sin embargo, los descansos a intervalos regulares no solo son esenciales para moderar tus niveles de estrés, sino también para la atención prestada a los pacientes y la seguridad de estos.

Plantéate la opción de delegar algunas de las tareas más aburridas en tu equipo, de buscar sistemas que puedan automatizar tareas administrativas y de lograr una mayor asistencia de los higienistas y auxiliares durante los tratamientos.

Dolor de cuello, espalda y hombros

Cuida la postura

Mantener la misma postura durante mucho tiempo hace que los odontólogos tiendan a sufrir fatiga muscular derivada de la postura o del estatismo postural. Cuando el odontólogo permanece sentado demasiado tiempo, en especial, cuando se inclina hacia delante de manera repetida, los flexores de la cadera se contraen, se desactivan los glúteos y los músculos abdominales internos y, para compensar, se activan los músculos lumbares.

Para reducir al mínimo la fatiga postural, intenta alternar lo máximo posible entre períodos de pie y períodos sentado. Siéntate en posición erguida para activar los músculos abdominales, extiende los flexores de la cadera mediante estiramientos regulares e intenta caminar con frecuencia para mejorar el flujo sanguíneo hacia los músculos.

Los entrenamientos de fuerza y resistencia también pueden contribuir a desarrollar y equilibrar estos músculos, pero, en este caso, asegúrate de contar con un entrenador que comprenda los problemas posturales específicos de los odontólogos.

Evita al máximo la tensión muscular

Inclinarse para tener una mejor visibilidad puede causar problemas en el cuello, los hombros y la espalda. Según un artículo publicado en Spine Universe, los estudios demuestran que trabajar más del 75 % del tiempo con el cuello flexionado más de 15 grados supone un peligro para el odontólogo. Pese a esto, se ha hallado que los odontólogos permanecen más del 82 % del tiempo trabajado con el cuello flexionado más de 30 grados.

Para evitar tener que torcer, girar y alargar el cuerpo para llegar hasta los instrumentos, colócalos de manera que puedas alcanzarlos fácilmente. Si tú y los miembros de tu equipo todavía no habéis adoptado el «trabajo a cuatro manos», plantéate adoptar este enfoque al trabajar con instrumentos. De esta forma, reducirás al mínimo la tensión en el cuello, la espalda y los hombros.

Coloca al paciente en la posición correcta

La posición del paciente también puede afectar a tu postura. La American Dental Association (ADA) aconseja colocar la cabeza del paciente en un plano que permita una visualización completa mientras el odontólogo mantiene los hombros y el cuello en posición neutra y los codos con una flexión máxima de 90 grados. Sin embargo, los odontólogos suelen colocar la silla del modo más cómodo posible para el paciente, en ocasiones en perjuicio propio.

La Dra. Bethany Valachi, en un artículo para Dental Products Report, señala que esta práctica puede obligar al odontólogo a forzar el cuerpo, torcerlo o arquear la espalda para conseguir una visibilidad y un acceso adecuados, en especial, al tratar la arcada superior. Cuando el plano oclusal de la arcada superior se encuentra delante del vertical, el odontólogo debe inclinarse hacia delante. Para lograr una postura óptima, la Dra. Valachi recomienda mantener el plano oclusal de la arcada superior entre 20 y 25 grados por detrás del plano vertical, idealmente por medio de un reposacabezas con doble articulación.

Usa una silla de trabajo con forma de silla de montar

Las sillas de oficina normales no están diseñadas para las necesidades y exigencias físicas del odontólogo. Por tanto, plantéate invertir en una silla de trabajo con forma de silla de montar.

Estas sillas están inclinadas hacia delante para crear un ángulo más abierto entre la columna y la cadera, adaptándose de este modo a la curvatura natural de la columna y reduciendo la tensión en las vértebras lumbares. También presentan un recorte en el asiento que alivia la presión en el cóccix.

Consulta a un experto

Existen profesionales que pueden ayudarte a reducir al mínimo los dolores que te ocasiona la actividad profesional. Los fisioterapeutas te pueden ayudar a corregir la postura, perfeccionar los movimientos, fortalecer grupos musculares esenciales y aumentar la estabilidad de estos. Un ergoterapeuta con formación en ergonomía puede ayudarte a organizar el entorno de trabajo para asegurar una funcionalidad, una eficiencia, una seguridad y una comodidad máximas. Piensa en contratar los servicios de uno especializado en trabajar con profesionales de la odontología y que comprenda las exigencias particulares de esta profesión.

Dolor en las manos y las muñecas

Corrige la forma de sujetar los instrumentos

A los estudiantes de Odontología se les enseña con gran rigor cuál es el modo correcto de sujetar los instrumentos, pero muchos admiten tomarse ciertas libertades una vez que empiezan a ejercer la profesión por su cuenta. Si notas la mano o la muñeca tensas, quizá haya llegado el momento de retomar lo aprendido y mejorar la sujeción.

En un artículo publicado en Dentistry IQ, la higienista dental colegiada Julie Whiteley advierte de que un agarre demasiado fuerte, una presión inadecuada y la hiperflexión de los dedos y la muñeca pueden generar dolor en la mano y la muñeca. En dicho artículo, recuerda cuál es la base de una sujeción correcta del instrumental odontológico.

Estabiliza

Cuando estés realizando un trabajo largo que requiera una gran precisión, usa técnicas de estabilización, como, por ejemplo, puntos de apoyo y pivotaje para los dedos, con el fin de conservar el control sin someter la mano a sobrecargas. Intenta mantener las muñecas en una posición neutra alineada con el antebrazo y coloca la silla de modo que puedas descansar sobre el antebrazo y conseguir estabilidad y soporte.

Elige bien los instrumentos

El dolor en la mano y la muñeca puede empeorar por el uso de instrumentos pesados o vibratorios, así como aquellos que requieren movimientos repetitivos, basculantes o de torsión de la mano. Los instrumentos con asas finas también pueden presentar más problemas de sujeción y maniobra.

Para reducir las sobrecargas relacionadas con el uso de instrumentos, la American Dental Association recomienda elegir instrumentos ligeros que:

  • ofrezcan distintas velocidades o velocidades rápidas para reducir el tiempo de uso;
  • no generen o apenas generen vibración;
  • apliquen por sí solos la presión, el torque o el movimiento basculante;
  • y cuenten con asas grandes y con un diseño ergonómico.

Un ejemplo de lo anterior es Septodont Dentapen, una jeringa motorizada para la administración de anestésico local. Tan solo pesa 40 gramos y permite elegir entre dos grandes asas ergonómicas que ofrecen un uso cómodo y sencillo. Dispone de tres velocidades y dos modalidades de flujo, e inyecta el anestésico con una presión y una manipulación mínimas por parte del usuario. Para quienes prefieren la inyección manual, nuestra gama de jeringas Septoject ofrece unas innovadoras agujas tribiseladas y con diseño tipo bisturí que permiten el máximo control con una mínima fuerza.

Mantén los instrumentos en buen estado

Los instrumentos romos requieren una mayor fuerza y pueden alargar las intervenciones, lo cual puede ser doloroso tanto para el odontólogo como para el paciente.

Mantén los instrumentos en unas condiciones óptimas que permitan usarlos de un modo sencillo y cómodo. Los siguientes signos pueden indicar que ha llegado el momento de afilarlos (o de enviarlos a un servicio externo de mantenimiento):

  • Necesitas presionar con más fuerza para hacer una incisión.
  • No notas el agarre de la hoja de corte en la barra de comprobación del afilado.
  • Al sujetar el instrumento bajo la luz, el filo cortante la refleja.

Lleva unos guantes del tamaño adecuado

No subestimes la importancia de que los guantes tengan el tamaño adecuado para la mano. Cuando se llevan mucho tiempo, unos guantes apretados pueden comprimir los nervios, generar tensión en los músculos, disminuir el flujo sanguíneo y provocar entumecimiento, hormigueo o dolor. Puedes notar estas sensaciones con unos guantes médicos estándar, que están concebidos para ambas manos y exclusivamente para un uso breve.

Los guantes deben quedar holgados en la zona de la palma y la base del pulgar, y debes poder formar un puño sin notar ninguna opresión. Sin embargo, no deben quedar demasiado holgados, puesto que ello podría dificultar el control de los instrumentos.

Deja que las manos descansen

Intentar cambiar de tarea para reducir el riesgo de sufrir lesiones por movimientos repetitivos. Esto puede requerir una programación inteligente de las tareas, tal como se ha mencionado antes, o unos descansos regulares durante aquellas tareas que precisen de la sujeción prolongada de instrumentos.

Hacer varios descansos breves y frecuentes es más beneficioso para las manos que hacer uno o dos únicos descansos largos. Para una buena circulación de las manos y muñecas, recomendamos un descanso de unos diez minutos por cada hora de trabajo intenso.

Durante el descanso, realiza estiramientos con las manos y las muñecas para liberar tensión. Intenta hacer lo siguiente:

  • Haz diez círculos con las muñecas en un sentido y, a continuación, otros diez en el sentido contrario.
  • Junta las manos en posición de rezo y levanta los antebrazos formando un ángulo de 90 grados con las manos. Repite el movimiento con el dorso de las manos juntas y apuntando estas hacia abajo.
  • Entrecruza los dedos y gira las palmas para que queden hacia el frente. A continuación, extiende los brazos manteniendo los dedos entrelazados.
  • Coloca el pulgar contra el pulgar y el dedo índice contra el dedo índice para formar un diamante y, a continuación, presiónalos con cuidado para cerrar el espacio entre estos.

Recuerda que, en cada uno de estos ejercicios, debes estirar lo máximo que puedas mientras te resulte cómodo, nunca hasta el punto de sentir dolor.

Dolor ocular

Usa lupas binoculares personalizadas

Los estudios han puesto de manifiesto que el uso correcto de lupas binoculares para odontología puede reducir el tiempo de tratamiento y mejorar su calidad y precisión, disminuyendo al mismo tiempo la fatiga visual y postural.

Cuando las lupas se personalizan correctamente, el rango y ángulo de inclinación únicamente ofrecen una buena visibilidad cuando se mantienen la postura y la distancia adecuadas. De esta forma, se desincentivan los movimientos de estiramiento e inclinación del cuerpo y el arqueo de la espalda sobre el paciente, a la vez que se protege al odontólogo contra la fatiga visual y las cefaleas. También existen modelos con luz que ofrecen una visibilidad de la cavidad bucal aún mejor.

Para que funcionen correctamente, las lupas deben estar personalizadas en función de tu prescripción oftalmológica o las deficiencias visuales que puedas padecer. Al realizar el pedido de lupas binoculares para odontología, es importante que pongas esta información en conocimiento del distribuidor, ya que, en caso contrario, podrías recibir un dispositivo que no se ajuste a tus necesidades y que termine causándote problemas. Si aún no te has sometido a un examen ocular, quizá sea buena idea que lo hagas primero.

Evita el ojo seco

Cuando te fijas de cerca en un área pequeña, como la cavidad bucal, pasas de parpadear unas quince veces por segundo a solo cinco y las glándulas sebáceas de los ojos producen menor lubricación natural. Si esto ocurre con frecuencia, estas glándulas pueden atrofiarse y causarte ojo seco, una afección dolorosa que se caracteriza por lagrimeo, sensación de quemazón y una sensibilidad extrema.

En un artículo publicado en Dentistry IQ, la higienista dental colegiada Jenefer Goffron-Mercieri recomienda evitar el ojo seco mediante el uso regular de lágrimas artificiales, lentes de contacto desechables de uso diario y la regla «20/20/20»: cada veinte minutos, recomienda mirar a veinte pies (seis metros) durante veinte segundos, de modo que los ojos puedan relajarse y recuperarse.

Un último comentario:

Muchos profesionales de la odontología han usado estas técnicas para lograr un alivio del dolor leve y moderado. Sin embargo, si sufres problemas visuales persistentes, un dolor agudo o un dolor que no parece remitir con el paso del tiempo, es poco probable que los métodos de autoayuda sirvan por sí solos. En estos casos, es fundamental que acudas lo antes posible a un médico, un optometrista o un fisioterapeuta, no solo para aliviar el dolor, sino también para que puedas continuar con una carrera profesional labrada a base de tanto esfuerzo. Recuerda que no solo el paciente tiene derecho a librarse del dolor.

Te podría interesar...

Registrarse gratis
1/4 Elije tus datos de acceso

Tu contraseña debe contener al menos

8 caracteres

Un número y una letra

Un carácter especial

2/4 Introduce tus datos personales
4/4 Confirm

Registrarse gratis
Regístrate ahora y obtén acceso exclusivo a:
– Webinars en directo y repeticiones para aprender de los mejores ponentes en odontología.
– Contenido educativo en diversos formatos (artículos, podcasts, casos clínicos, vídeos y mucho más) para mejorar tus habilidades y alcanzar el éxito empresarial.
– Nuestro programa “Voice of Customer” para contribuir a crear productos innovadores que respondan a tus necesidades.
Crear una cuenta
Regístrate ahora ¿Ya eres miembro? Iniciar sesión
¿Has olvidado tu contraseña?
Introduce tu dirección de correo electrónico a continuación.
Te enviaremos un enlace por correo electrónico para restablecer la contraseña.
Cancelar
Suscríbete a nuestra Newsletter

Bienvenido a la página web de Septodont!

El sitio al que está a punto de acceder está restringido a profesionales sanitarios. Al hacer clic en Aceptar, usted certifica que es un profesional de la salud.

No soy profesional de la salud